Caperucita Roja y el Lobo
Había una Caperucita tan inocente que no era capaz de distinguir al Lobo de su abuelita. No era capaz de mirar y ver adentro de los ojos del Lobo disfrazado de “Abuelita”. No era capaz de ver o sentir el peligro y cómo cordero de sacrificio se encontró con su muerte desde la inocencia y la inconsciencia.
Sus padres no pudieron protegerla del Lobo. Pensaban que en casa de la abuelita ella estaría protegida y segura. Nunca imaginaron que el lugar seguro, la casa de la familia, de la abuelita pudiera convertirse en la mazmorra y en el lugar mismo del sacrificio de su adorada princesita.
Caperucita había vivido en un mundo tan protegido a la sombra de sus padres que deseaban mantenerla en una caja de cristal que no sobrevivió a la primera prueba de la vida.
Sus instintos para oler, para saber ver en lugar de mirar, para saber escuchar en lugar de oír no se desarrollaron en la caja de cristal donde vivía. Sus instintos para sentir el peligro se mantenían dormidos. Se convirtió en una presa fácil. Su inocencia y su ceguera no le permitía ver o distinguir la energía del Lobo, de su verdugo, de su depredador. El Lobo se permitió jugar con ella haciéndose pasar por su “abuelita”.
Cuantas veces el símbolo del Lobo –el depredador, se nos presenta en la vida disfrazado de blanco, de traje, de coche, de guapo, de inteligente, de poderoso, y nos engaña una y otra vez cómo a la Caperucita. ¿Cuantos niños(as), adolescentes y adultos entran a la cueva del Lobo sin ni siquiera saberlo? ¿Cuantos son sacrificados como victimas sin que nadie logre impedirlo? ¿y qué hacemos para proteger a nuestros hijos(as) del Lobo? Creemos que para salvarlos tenemos que permanecer a su lado todo el tiempo. En nuestro interior sentimos el temor de que nuestros hijos(as) huelen a victimas y que los tenemos que proteger del Lobo. En nuestro interior sabemos que nuestros hijos(as) no están listos para un encuentro con el Lobo. Pensamos que necesitan más edad, más educación y que por arte de magia cuando cumplan una edad de ..... significa que ya cumplimos y que están preparados para enfrentarse a la vida y al Lobo porque tienen un título, porque están en la edad de casarse y hacer su vida. Muchos terminan casándose con el mismo Lobo sin saberlo. ¿cómo evitar su destino de victimas?
¿qué pasaría si en lugar de proteger a nuestros hijos aislándolos del Lobo, los enseñamos a convivir con él? ¿qué pasaría si en lugar de guardar a nuestros hijos en una caja de cristal, los empezamos poco a poco a internar en la jungla de la vida? ¿podrían desarrollar sus instintos de depredador para identificar con facilidad a otros depredadores? ¿lograrían hacerse respetar por el Lobo? ¿sabrían cómo tratarlo para que en vez de ser su victima ser su aliado? ¿podría el Lobo respetar al lobo interno que vive dentro de nuestros hijos? ¿qué a caso no somos nosotros también Lobos? ¿cuál es la relación entre victima y victimario, entre presa y depredador? ¿será que unos huelen el olor al miedo y otros lo emiten? ¿Será que a los ojos del Lobo la Caperucita significa alguien que no huele, que no tiene instintos, que no tiene Poder Personal, que esta ciego y sordo y que merece morir? ¿Será que a los ojos de la Caperucita el Lobo no existe y por eso es invisible para ella porque lo niega? ¿Será que con nuestra protección y cuidados creamos presas para el Lobo sin darnos cuenta? ¿Será que tenemos un pacto secreto con el Lobo de proporcionarle presas para tenerlo en paz? ¿Será que nosotros también nos escondemos del Lobo? ¿de donde viene el temor a dejar a nuestros hijos solos? ¿Será que no tenemos confianza en ellos? ¿Será que no los creemos capaces de cuidarse a sí mismos? ¿será porque sabemos que no conocen el peligro y no sabrían cómo salir adelante? ¿cómo prepararlos para vivir el peligro sin morir en el intento? ¿cómo los voy adentrando al círculo del Lobo? ¿cómo enseñarlos a navegar en una tempestad y a correr riesgos calculados? ¿cómo prepararlos a sobrevivir en la jungla sin entrar a ella? ¿cómo irlos haciendo cada vez menos dependientes de mí? ¿en que forma fomento su dependencia en mí? ¿en qué forma no deseo que crezcan, que se preparen y que se vayan? ¿será que deseo que sean niños eternos cómo un Peter Pan?
Tal vez mis hijos no maduren en adultos independientes mientras no les permita hacer actos de desafío. Necesitan pruebas y desafíos para mostrarse a sí mismos primero y a los demás después su fuerza, su valentía, su coraje, su poder personal, su integridad, su Respeto, y su dignidad para poder andar con los Lobos sin convertirse en uno ni tampoco convertirse en presa. Tal vez estos rituales sean los que transformen el miedo que siento por ellos en seguridad y tranquilidad. El ver al guerrero interno en mis hijos es lo que me permite soltarlos al mundo y quedar con paz interna. Yo cumplí mi misión de formar un guerrero de corazón impecable y no Caperucitas para el Lobo.
¿cuál es el significado del símbolo del Lobo?
El Lobo en símbolo representa la sombra de todo lo que rechazamos, de todo lo que tememos, de todo lo que huimos. Colectivamente hablando huimos de la pobreza, de la enfermedad, de la vejez y buscamos maneras de no verla ni oírla. Inconscientemente simplemente negamos estas cosas que nos ofenden y dejamos de verlas pero cómo el Lobo son nuestros enemigos. No queremos ser pobres, estar enfermos, hacernos viejos. No sabemos que hacer con los pobres, los enfermos y los viejos. Jamás visitamos o tenemos comunicación con los barrios pobres porque los consideramos peligrosos y sucios. Jamás visitamos o tenemos comunicación con los enfermos porque consideramos que nos pueden contagiar. En la actualidad el SIDA es el Lobo mayor del que nos escondemos. Rara vez tenemos contacto con los viejos, simplemente no tenemos tiempo y los tenemos olvidados. ¿Cuándo fue la última vez que visitaste un asilo y platicaste con los viejos, con nuestros viejos?
En la vida cotidiana convivimos con el Lobo depredador. Muchas veces se presenta con la vestimenta de un abogado, de un juez, de un policía judicial, de un procurador, de un jefe, y muchas veces como nuestra misma pareja. Aprendemos a prostituirnos con él volviéndonos hipócritas, cínicos, callados, y diciendo algo así: “Cómo usted diga....” Justificamos la prostitución que ejercemos a diario en las garras del Lobo cómo algo normal, invisible y la hacemos igual que las prostitutas, por dinero, por protección, por seguridad. El objetivo es no enfadar al Lobo, no enfrentarlo, y sobre todo no convertirse en presa suya. La solución es ayudarlo a conseguir “Caperucitas” substitutas y vemos a diario la suerte que corren estas “Caperucitas” en las garras del Lobo. Participamos masivamente en el genocidio de las “Caperucitas”. En símbolo somos los brazos, los oídos, y la voz del Lobo porque el Lobo simplemente no lo puede hacer solo, necesita de la ayuda de miles de borregos que le facilitan su trabajo. Esto explica que Hitler haya sido capaz de exterminar a millones, que Cortéz con doscientos soldados haya sido capaz de conquistar a millones, y que en actualidad el .001% de la población con todo el dinero del mundo dominen al resto del mundo. Creemos que cooperando con el Lobo nos salvamos. Que mientras lo ayudemos a saciar su hambre, su ambición estamos a salvo y que hasta nos protege. Irónicamente rechazamos a la prostituta que no esconde su trabajo y creemos que la peor pesadilla es que nuestros hijos terminen prostituyéndose en alguna esquina. No podemos aceptar que aunque vistamos trajes costosos, y manejemos autos deportivos no somos muy diferentes a la prostituta que trabaja en la esquina. Tal vez nosotros nos vendemos por más dinero, más status social, pero al fin de cuentas estamos a al venta.
El Lobo en nuestras vidas es un gran maestro que nos da la oportunidad de descubrir de que estamos hechos y quién somos realmente. La prostituta interna también es nuestra maestra. ¿Cuando empezaremos a escuchar su voz? ¿cuándo dejaremos de rechazarla, ignorarla, olvidarla y hasta odiarla? ¿De que forma hacemos el papel de la Caperucita en la vida cotidiana? Hasta cuando nos liberaremos del Lobo?
¿Quién es la Caperucita en Símbolo?
En símbolo representa la inocencia, lo puro, lo limpio, a la virgen inmaculada, al cordero de Dios, al objeto de sacrificio, a la niña buena, bonita, y hacendosa, a la princesa amanecer.
Creemos que para salvar a la Caperucita tenemos que cuidarla hasta que tenga suficiente edad y madurez para que al igual que nosotros empiece a prostituirse pero tal vez por más dinero que nosotros. Con dinero y poder justificamos la prostitución y hasta pretendemos que somos “gente muy decente y culta”. Muchas veces por más que nos lavamos las manos, el olor a sangre no se quita. Tenemos las manos sucias.
Otra camino es que la Caperucita se convierta en el Lobo y que empiece a avanzar en la vida destruyendo todo lo que le estorbe y comiéndose a las Caperucitas. Tal vez que se una a la jauría de Lobos para trabajar en equipo.
El camino menos común es el de no ser ni la Caperucita -victima, ni el Lobo -depredador, ni tammpoco la prostituta –asistente del Lobo. Este camino lo toman algunos rebeldes, libertadores, poetas, escritores, artistas, creadores, guerreros, maestros, guías espirituales, viajeros...
Lo importante es que las decisiones que tomemos sean sinceras y honestas de corazón para vivir con paz interior independientemente de la pobreza, la enfermedad, la vejez, la soledad y la incomprensión.