el silencio es quien te mata
y te deja cicatrices
de aquellas que no sangran.
Lastiman tu cuerpo y alma,
laceran tu pensamiento,
y te vuelven indefensa
prisionera de tus miedos.
No calles mujer, ¡No calles!
¡Libera ya tus cadenas!
Sé libre como pájaro,
sin trabas, miedos ni penas.
Que tu piel no esté marcada,
que tus ojos no tengan lágrimas
que tu alma esté en calma
y seas siempre respetada.
¡Escapa de la violencia!
¡Ten el valor de vivir!
No le debes obediencia,
no naciste para sufrir.
Se te abrirán las puertas
si cambias tu realidad,
si abandonas al violento
¡vivirás en libertad!
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