La mente humana puede dividirse en dos grandes bloques: la mente consciente y la inconsciente. La primera se corresponde mayormente (aunque no hay determinismo) con el hemisferio izquierdo, y la segunda con el derecho. Esto quiere decir que las funciones de la mente consciente e inconsciente son las que estos hemisferios cumplen, lo cual no quiere decir que el hemisferio izquierdo sea consciente y el derecho no. Hay partes del derecho que son consientes, partes del izquierdo que no lo son; sin embargo, de forma general, la mente inconsciente se encarga de los procesos imaginativos y la consciente de los procesos reflexivos. A modo de repaso vamos a nombrar los aspectos más significativos de ambas:
La mente consciente ocupa solo el 12% del volumen físico del cerebro, (esto explica que no haya determinismo entre las mentes y los hemisferios). Controla el sistema nervioso central, las acciones voluntarias de los músculos, posee razonamiento lógico y racional, acepta y rechaza a voluntad, analiza los datos sensoriales, deduce y aprende. Sin embargo está condicionada por el estado de la mente inconsciente.
La mente inconsciente ocupa el 88% restante del cerebro. Controla el sistema nervioso autónomo, los músculos involuntarios, los órganos y las glándulas. Analiza la información a partir de las programaciones que tengamos de manera inconsciente. En él queda guardada la información para reproducir conductas habituales sin necesidad de estar pensándolas paso por paso (cuarto paso del proceso de aprendizaje: competencia inconsciente).
La hipnosis accederá a este 88%, en el cuál se encuentran grabados los más remotos recuerdos, las más arraigadas tendencias y costumbres, que tenemos poco acceso de manera consciente.
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